Iron Man, el personaje de la editorial Marvel creado por Stan Lee y Jack Kirby, es la principal inspiración en el proyecto de Tactical Assault Light Operator Suit (TALOS), que pretende tomar parte de la tecnología que utiliza el personaje para ayudar a los soldados especiales de Estados Unidos en combates, haciéndolos casi invisibles. TALOS es tan futurista que el presidente Barack Obama declaró el año pasado que «estamos construyendo Iron Man».
El traje Talos es un exoesqueleto que pesa poco más de 6 kilos. Se une a la espalda, los muslos y los pies, y permite a su portador para llevar un adicional de 15 kilos. Talos puede repeler las balas, ayudar a levantar objetos pesados, y proporcionar oxígeno para salvar vidas. El traje también tiene incorporado audio 3D; sistemas de calefacción y refrigeración; y computadoras integradas.
Cada traje posee una computadora que le permite responder de forma inmediata a determinadas situaciones. Asimismo, el uniforme podría llevar una «armadura líquida», que actualmente está en desarrollo en el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), que tendría la capacidad de pasar de líquido a sólido en solo segundos para enfrentar amenazas tales como un campo magnético o a una corriente eléctrica.
El general Joseph Votel, jefe del Comando de Operaciones Especiales de EE.UU, dijo que el programa fue iniciado, debido a la pérdida de operadores en una misión. El objetivo es crear un traje que provea protección antibalística para todo el cuerpo y que permita al soldado caminar literalmente en un campo de guerra, entre una ráfaga de balas. También tendría un panel que estaría en contacto con la piel para detectar y responder a la temperatura interna del cuerpo, el ritmo cardíaco y los niveles de hidratación.
El Departamento de Defensa se inspiró para crear el traje después de que un comando estadounidense murió después de ser el primero en entrar en una habitación durante una incursión en Afganistán. El comando de operaciones especiales de Estados Unidos se asoció con DARPA en 2013 para diseñar el traje. No está claro hasta el momento el costo probable del exoesqueleto, pero un artículo de 2014 de Tech Defense estima que será de $ 80 millones.
El gobierno norteamericano pretende que antes de 2018 muchos de los integrantes del ejército ya estén equipados con estos dispositivos.