Todo aficionado a las películas de espías ha visto alguna vez como el protagonista o el enemigo de éste utiliza micrófonos láser como dispositivo de espionaje. Este tipo de dispositivos puede parecer que posee tecnología de invención reciente pero lo cierto es que ya hace unas cuantas décadas que están en funcionamiento. Ha sido utilizado por Estados Unidos para espiar embajadas rusas y ha existido como idea desde la década del 40, precediendo al láser , que fue desarrollado en 1960. Un láser de alta calidad puede emitir un rayo de luz invisible en una distancia de 800 metros sin ningún tipo de dispersión.
El principio de funcionamiento de los micrófonos láser es relativamente simple. Toda onda de sonido o conversación dentro de una habitación mueve el aire y el aire a su vez hace vibrar las ventanas. Un rayo láser apuntado a una ventana cambiará ligeramente su longitud de onda mientras la ventana se mueve. Al rastrear estos ligeros cambios, el movimiento de la ventana puede ser descifrado por un receptor electrónico, permitiendo al espía escuchar la conversación original y grabarlo en cualquier dispositivo.
El mayor problema a la hora de realizar escuchas con micrófonos láser es lograr alinear correctamente el láser, debido a que el usuario debe lograr el ángulo exacto para que rebote y vuelva al receptor que poseen este tipo de dispositivos. Otro problema con el que se puede encontrar el usuario es la presencia de factores naturales y ambientales tales como polvo, nieve, niebla, vidrios con superficies irregulares, vidrios coloreados, luz solar directa o linternas. Es recomendable utilizar los micrófonos láser durante la noche o en condiciones de poca luz para la mayor eficiencia.
Se ha reportado que la CIA ha usado micrófonos láser para determinar si un edificio en Abbottabad (Pakistán) contenía un habitante que no había sido previamente registrado, el cual eventualmente se determinó que era el terrorista más buscado por Estados Unidos: Osama Bin Laden. John Pike, director del sitio Globalsecurity.org declaró en mayo de 2011 que si se apunta «un rayo láser a las habitaciones (de los edificios), se puede detectar esas vibraciones y usando identificación de voz, uno puede darse cuenta cuántas voces distintas están hablando en cada una de las habitaciones del recinto.»
Las técnicas de grabar sonidos de forma remota utilizando un rayo de luz probablemente haya sido creada en la Unión Soviética por el inventor Leon Theremin en 1947 mientras desarrollaba el sistema de espionaje denominado Buran. Este dispositivo no utiliza un láser, sino que funcionaba usando un rajo infrarrojo de baja potencia que podía detectar las vibraciones de los vidrios de las ventanas. La KGB utilizó este sistema para espiar las embajadas que Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña tenían en Moscú.
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